Estamos de vuelta a nuestro blog educativo después de una semana intensa...
Beneficios de esta práctica en los niños:
-Mejoran su atención, concentración, creatividad y rendimiento académico.
-Aprenden a autoregular sus emociones y se sienten más seguros.
-Aumentan su capacidad de introspección: ven mas claramente lo que sucede en su interior y exterior.
-Desarrollan la paciencia, la compasión y la alegría por el bienestar propio y de los demás.
Hoy en nuestra publicación vamos ha explicar en que consiste la técnica del mindfulness y como cada vez esta técnica va ganando terreno principalmente en las aulas educativas y en muchos recursos comunitarios.
¿ Que es el mindfulness?
El Mindfulness puede considerarse una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación. Juntamente a varias técnicas de relajación, su apogeo es reciente. A pesar de que muchas personas dicen que realizan meditación, es en ocasiones un concepto equívoco, por tanto antes de hablar del Mindfulness debemos a aclarar qué es la meditación.
La meditación es una actividad intelectual en la que se busca lograr un estado de atención centralizada en un pensamiento o sentimiento (felicidad, tranquilidad, armonía), un objeto (una piedra), la concentración propiamente dicha, o algún elemento de la percepción (los latidos del corazón, la respiración, el calor corporal…). Este estado se recrea en el momento presente y pretende liberar la mente de pensamientos nocivos.
Como el Mindfulness tiene tanto que ver con el modo en el que manejamos nuestro foco atencional, también se lo llama atención plena.
¿Pero cuál es el objetivo primordial de esta técnica?
El mindfulness desarrolla la habilidad de prestar atención al momento presente, lo que permite reconocer los pensamientos y emociones que emergen en nuestra mente y cuerpo a cada instante. Numerosos estudios científicos han demostrado que cuanto más presente está una persona en su vida, más se reducen su reactividad y nerviosismo. Además, esta práctica aumenta la curiosidad vital y la paz interior.
¿Cómo se les puede enseñar a relajarse y a dejar de dar vueltas a las cosas? ¿Cómo fomentar su atención para que se concentren en lo que hacen? ¿Y cómo ayudarles a que aprendan a escuchar sus propias emociones para gestionarlas mejor?
Sánchez apunta que «el mindfulness ha demostrado tener un efecto importante sobre el cerebro infantil. Numerosos estudios realizados en escuelas de todo el mundo prueban que los niños que siguen los principios del mindfulness son más capaces de gestionar situaciones de estrés y de ponerse en el lugar de los demás, tomando decisiones más conscientes en lugar de dejarse llevar por las emociones conflictivas, ya que parten de una base más tranquila. Esta práctica aporta una nueva manera de atender y mirar la realidad: despierta la curiosidad, el asombro y la concentración de los niños mediante la atención a lo que está ocurriendo en su mundo interior y exterior».
La aplicación del mindfulness en el entorno educativo ha tenido un desarrollo muy importante en la última década. Hasta hace relativamente poco se pensaba que esta práctica era demasiado difícil e «intelectual» para los niños, pero estudios recientes han resaltado su eficacia en niños desde los 4 o 5 años de edad, ya que son capaces de desarrollar a su manera una vida interior profunda.
-Mejoran su atención, concentración, creatividad y rendimiento académico.
-Aprenden a autoregular sus emociones y se sienten más seguros.
-Aumentan su capacidad de introspección: ven mas claramente lo que sucede en su interior y exterior.
-Desarrollan la paciencia, la compasión y la alegría por el bienestar propio y de los demás.
Que paséis un feliz día lectores y lectoras.
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